Pero mejor empecemos por el origen de las peculiares figurillas de tan mal gusto que terminan considerándose kitsch en su totalidad.
Todo comenzó en la Edad Media, en Turquía, cuando pigmeos eran reclutados para trabajar en las minas, estos llenaban sus gorritos rojos de paja o hierbas para protegerse de pedazos de roca que podían caer sobre sus cabezas, y utilizaban ropas de colores vivos para ser identificados en la oscuridad de las galerías bajo tierra.
Los turcos, muy ingeniosos y sabios, empezaron a fabricar figuras que semejaban a los pobres pigmeitos explotados, para que estas protegieran sus propiedades de las fuerzas ocultas que reinaban en aquellos tiempos.
En el siglo XIX, se decide producirlos en serie en la queridísima Alemania, y estos seres empiezan a invadir los jardines de los nuevos ricos. En el siglo XX, con la invención del plástico, se esparcen por todo el mundo, produciendo lo que los conocidos llamarían "experiencia ultra-estética del calambre al ojo".
En la década de 1990, en Francia, se crea el primer Frente de Liberación de Gnomos de Jardín (FLNJ), los que plantean que los enanos deben ser liberados de sus trabajos forzados en los jardines burgueses y reintegrados a las sociedades de los bosques para el disfrute de su libertad.
Pues auque suene extraño ya han rescatado a miles de enanos y ahora sus dueños los buscan desesperadamente, en la mayoría de casos se ha acudido hasta a la policía...
Te causa gracia?, pues el último enano con el que hablé, estaba muy agradecido con el FLNJ, porque al fin puede sentir el suave y fresco olor de la libertad.
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